Publica Le Figaro que los franceses se han volcado con la prensa escrita a raíz del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo: las ventas diarias han aumentado considerablemente a raíz del ataque, con un récord de un millón de ejemplares vendidos el 8 de enero (un día después del ataque) frente a los 600.000 que se venían vendiendo normalmente.
La emoción suscitada por la masacre en la redacción de Charlie Hebdo ha lanzado a los franceses a visitar los quioscos de prensa. Este entusiasmo excepcional iba mucho más allá del periódico satírico y ha alcanzado a todos los medios impresos que han registrado aumentos en sus ventas de hasta un 50%.
El interés de Francia en los periódicos siguió en los siguientes días al ataque. El tiroteo contra un policía en Montrouge, la toma de rehenes en un supermercado y la caza de hermanos Kouachi, incrementaron las ventas en un promedio del 40 al 50% en las ediciones del viernes y el sábado.
La gran marcha ciudadana del 11 de enero también se arrastró a los lectores a los quioscos. Al día siguiente, Le Figaro había casi duplicado sus ventas, con un incremento del 80%.
La pregunta es: ¿por qué tanto interés en la prensa si la cadena de acontecimientos fue tratada en vivo por la televisión, los medios digitales y las redes sociales?
La Unión de Diarios Nacionales Franceses (SPQN) ha afirmado que se necesita un análisis en profundidad, mientras que otra corriente de opinión afirma que los franceses -como suele pasar en otros países ante sucesos de gran relevancia- querían mantener una huella palpable, física, de estos días que conmovieron su país: ediciones históricas que pueden mostrar a sus hijos y nietos.
¿Auge informativo puntual o mero coleccionismo?