
Las ‘infografías’ virales (no comulgo con llamar así a esas macro ilustraciones que presentan datos hasta borrarte la huella dactilar haciendo scrolling) parecen haberse convertido en la manera más efectiva de enviar un mensaje y además que este sea ‘intocable’.
Tal vez en España, quizá por precio, no es una tendencia tan extendida (aunque se ven casos cada vez más a menudo) pero en el mundo anglosajón es un comportamiento muy habitual que cualquier agencia que quiere enviar un comunicado de prensa sobre tal o cual empresa, en lugar de mandar una nota de prensa que cualquiera puede descontextualizar, interpretar y modificar, éstas opten por realizar esas infografías que luego vemos en nuestras webs favoritas de noticias y compartimos a diestro y siniestro en nuestras redes.
¿Por qué? Sencillo.
Enviar la información así al periodista consigue que vea algo elaborado y le dé ese cariz de veracidad que la empresa está buscando sobre su servicio, su app o su ingente número de usuarios en todo el mundo. Algo que está tan ‘currado’ no va a ser falso o tendencioso.
La inmensa mayoría de las personas a las que les llega no tiene ni el tiempo ni los conocimientos técnicos para modificarla o editarla ya sea de manera crítica o gráficamente para cambiar la presentación de los datos que se nos presentan.
Una vez alcanzado el gran público, si gráficamente tienen una percha medianamente trabajada y nos llega vía tuit, vía muro de Facebook, Linkedin… la mayoría le damos salida sin inmutarnos y seguimos compartiendo la información. El aspecto gráfico dota al mensaje de mayor viralidad.
Leer cuesta y una imagen vale más que mil palabras. Esto funciona igual para los bloggers que para los periodistas. Si no tienes demasiado tiempo para revisar a fondo tus notas de fuentes contrastadas y fiables, imagina que te tienes que enfrentar a 40 o 50 gráficas llenas de datos que habría que cotejar.
Conclusión:
Si mandas una nota de prensa sobre tu nueva app para Facebook, lo más probable es que caiga en el cajón de ‘cuando tenga un rato’ de los periodistas, o en el Evernote de cualquier bloguero. Eso sin contar que será interpretada, cortada, recortada, descontextualizada… Si mandas una ‘infografía’ a todo el mundo le encantará y casi sin darle importancia la compartirán entre sus amigos, contactos, followers sin mover ni una coma de tu mensaje.
¿Y tú, cómo gastarías el dinero?
Por cierto, perdón por contribuir a desgastar vuestra huella dactilar un poquito más con la ilustración del post.